No es necesario tener depresión para encontrarnos tristes, los problemas de estado de ánimo son muy frecuentes, en ocasiones provienen de problemas de ansiedad, carencias en las habilidades de relación, o como estados reactivos a determinados sucesos, como en el duelo.
En cualquier caso las alteraciones del estado de ánimo suelen afectar en diversas áreas de la persona mediante la presencia de síntomas y signos a nivel anímico (sentimientos de tristeza, abatimiento, infelicidad, nerviosismo o irritabilidad), síntomas motivacionales (apatía, indiferencia), síntomas cognitivos (pensamientos negativos sobre uno mismo, el entorno y el futuro, además posibles problemas de concentración, memoria y atención), a nivel interpersonal es frecuente la presencia de deterioro en las relaciones sociales.