Mi familia siempre comenta entre risas que, incluso antes de comenzar a formar mis primeras oraciones con sentido, mostraba ya un enorme interés por interactuar e intentar comunicarme con animales de todas las especies con las que tenía contacto, y mi relación con los humanos no era menos intensa. Mientras iba creciendo, ese interés crecía conmigo y me hacía alternar en cuanto a lo que pensaba que “quería ser de mayor”, entre carreras relacionadas con la salud y la biología. En la Psicología encontré una carrera en la que confluían todas mis pasiones, el estudio del sistema nervioso, sano y alterado, su relación con la conducta y las emociones, y la posibilidad de ayudar a personas a tener una mejor calidad de vida.
Durante la licenciatura las asignaturas que más me gustaban eran las relacionadas con las neurociencias, al acabar lo tuve muy claro, hice el Prácticum en investigación en registro y análisis de Potenciales Evocados y luego fui a Madrid a hacer el Máster en Neuropsicología Clínica en el ISEP, impartido por profesores de excelente reputación en el ámbito de la neuropsicología española.
He trabajado en el Centro de Daño Cerebral y Neurociencias de Complejo Hospitalario Miguel Domínguez (actualmente Quirón Salud), en Poio.
Al tiempo comencé a colaborar con la Asociación Provincial de Párkinson (Apropark), llevando los talleres de estimulación cognitiva.
Actualmente también abordo las evaluaciones e intervenciones sobre las alteraciones cognitivas y conductuales de niños y adolescentes con muy diversos diagnósticos.